miércoles, 29 de mayo de 2013

¿¿Cómo sentar a un asesino a la mesa??

NORMAS DE PROTOCOLO SEGÚN LEONARDO DA VINCI
Todos conocemos a estas alturas, la diversidad de materias en las que el genial Leonardo Da Vinci destacó, pero quizás una de las menos conocidas y más controvertida sea su faceta de experto gastronómico.
Leonardo, entre otras muchas cosas, ideó el extractor de humos, la máquina de fabricar pasta, el sacacorchos para zurdos, la rebanadora de huevos duros, la batidora, el picador de ajos, las servilletas, los tenedores de tres dientes, el molinillo de especias…
En su juventud trabajó de camarero en la taberna “Los Tres Caracoles” junto al Ponte Vecchio de Florencia, llegando a dirigir su cocina tras la muerte por envenenamiento de todos sus cocineros.
Comenzó entonces a introducir grandes innovaciones en la cocina que no fueron comprendidas por sus clientes habituales, lo que le obligó a dejar el puesto para salvar la vida.
En 1478, montó un nuevo “restaurante” junto a su amigo Sandro Boticelli, con el nombre de “La Enseña de las Tres Ranas de Sandro y Leonardo”, pero no tuvo mucho éxito, ya que servían comida “rara” y “escasa”.


Fue el primero en dar importancia tanto a la presentación de los alimentos como a su sabor, sentando las bases de la cocina moderna. Además marcó la necesidad de tener agua corriente en la cocina, cuando solo se usaban pozos y cubos, y de llevar a cabo una limpieza constante del suelo de la misma, diseñando un sistema de desagüe con este propósito.
Era tanto el interés de Da Vinci en este campo, que incluso preparó un menú especial, sobre el que basó su famosa obra “La última cena”.


En el año 1482, con apenas treinta años de edad llega a la corte de Ludovico Sforza, Duque de Milán, un polifacético Leonardo da Vinci es contratado como organizador de fiestas.
Las fiestas que organiza Leonardo y sus diferentes diseños en otros campos para Sforza están llenas de efectos especiales con mecanismos complicados y novedosos como marionetas, autómatas, fuentes de aguas coloridas, surtidores de fuego, fábricas de espuma, máquinas de humo, grandes orquestas y disfraces sorprendentes.
Los años que Leonardo sirve a ‘El moro’ -que es como muchos llamaban al duque- le permiten tomar notas de su comportamiento en algunos aspectos, y en especial en la mesa, que luego las plasmaría en un libro llamado ‘Notas de cocina’.  Leonardo relata cómo el duque tenía la costumbre de amarrar pieles de conejos, adornados con cintas, a las sillas de sus convidados de manera que se pudieran limpiar en sus lomos las manos impregnadas por la grasa de los alimentos a la manera de nuestra actual servilleta.
Y es dentro de este campo, en el que a Da Vinci se le atribuye la realización de un compendio de recetas, notas de cocina, ideas sueltas y normas protocolarias a seguir en el momento de sentarnos a la mesa, se trata del denominado: Codex Romanoff.
Entre las joyas que podemos encontrar en este Códice figura quizás el origen del BOCADILLO:
El pan y la carne I:

Me he puesto a pensar en tomar un trozo de pan y colocarlo entre dos pedazos de carne, mas ¿cómo deberé llamar este plato?.
El pan y la carne II:

¿Y si dispusiera la carne entre dos trozos de pan?.
El pan y la carne III:

(…) La rebanada de carrillo de buey deberá ir entre sendos pedazos de pan y no al revés. Será un plato como no se ha visto nunca antes en la mesa de mi señor Ludovico Sforza. Ciertamente, se podría disponer toda suerte de cosas entre los panes: ubres, testículos, orejas, rabos, hígados. Los comensales no podrán observar el contenido al entrarle con sus cuchillos. Lo llamaré, por esta razón, pan con sorpresa”.
También nos habla de la forma correcta de sentar a un ASESINO en nuestra mesa…
”Si hay un asesinato planeado para la comida, entonces lo más decoroso es que el asesino tome asiento junto a aquel que será el objeto de su arte, y que se sitúe a la izquierda o a la derecha de esta persona dependerá del método del asesino, pues de esta forma no interrumpirá tanto la conversación si la realización de este hecho se limita a una zona pequeña. En verdad, la fama de Ambroglio Descarte, el principal asesino de mi señor Cesare Borgia, se debe en gran medida en su habilidad para realizar su tarea sin que lo advierta ninguno de los comensales y, menos aun, que sean importunados por sus acciones. Después de que el cadáver, y las manchas de sangre, de haberlas, haya sido retirado por los servidores, es costumbre que el asesino también se retire de la mesa, pues su presencia en ocasiones puede perturbar las digestiones de las personas que se encuentran sentadas a su lado, y en este punto un buen anfitrión tendrá siempre un nuevo invitado, quien habrá esperado fuera, dispuesto a sentarse a la mesa en ese momento”.
Entre la serie de normas de comportamiento general de los comensales encontramos las siguientes:
“Ningún invitado ha de sentarse sobre la mesa, ni de espaldas a la mesa, ni sobre el regazo de cualquier otro invitado. No poner una pierna encima de la mesa. No sentarse debajo de la mesa en ningún momento”.
“No poner la cabeza sobre el plato”.
“No tomar comida del plato de su vecino de mesa a menos que tenga su conocimiento”
“No poner trozos de su propia comida, o a medio masticar sobre el plato de sus vecinos”
“No enjugar el cuchillo en las vestiduras de su vecino de mesa”
“No utilizar su cuchillo para hacer dibujos sobre la mesa”
“No tomar comida de la mesa y guardarla en su bolso o faltriquera para comerla más tarde”.
“No ha de escupir ni hacia delante ni hacia los lados”
“No ha de pellizcar o golpear a su vecino de mesa”.
“No ha de prender fuego a su vecino de mesa, mientras esté en la mesa”.
“No ha de poner los ojos en blanco, ni caras horribles, ni cantar o vociferar, ni hacer ruidos o bufidos”.
“No cantar ni proponer acertijos obscenos si está sentado junto a una dama”.
“No ha de dejar sus aves sueltas sobre la mesa”.
“Ni tampoco serpientes ni escarabajos”.
“No tocar el laúd o cualquier otro instrumento que pueda ir en prejuicio de su vecino de mesa (a menos que mi señor así se lo requiera)”.
“No ha de poner el dedo en la nariz ni en la oreja mientras está conversando”.
“No ha de conspirar en la mesa (a menos que lo haga con mi señor)”.
“No ha de hacer insinuaciones impúdicas a los pajes ni jugar con sus cuerpos”.
No ha de golpear a los sirvientes a menos que sea en defensa propia”.
“Si ha de vomitar, debe abandonar la mesa”.
Sin duda uno de los grandes “inventos” de este genio, en el ámbito del protocolo gastronómico, fue la SERVILLETA.
Da Vinci se permitió también darnos una buena recomendación: “NO TE LIMPIES LAS MANOS EN EL CONEJO”
“La costumbre de mi señor Ludovico de amarrar conejos adornados con cintas a las sillas de los convidados a su mesa, de manera que puedan limpiarse las manos impregnadas de grasa sobre los lomos de las bestias, se me antoja impropio del tiempo y la época en que vivimos. Además, cuando se recogen las bestias tras el banquete y se llevan al lavadero, su hedor impregna las demás ropas con las que se lava.”
“Tampoco apruebo la costumbre de mi señor de limpiar su cuchillo en los faldones de sus vecinos de mesa.
¿Por qué no puede, como las demás personas de la corte, limpiarlo en el mantel dispuesto con ese propósito?
Mi señora Beatriz tiene costumbres más delicadas: usa guantes blancos en sus manos y se los cambia tres veces en cada comida. Yo desearía que todos fueran como ella”
Si, tal y como podéis leer, se tenía la insana costumbre de limpiarse las manos sobre la piel de conejos vivos, Da Vinci decidió hacer algo para solucionar este tema:
Formas de plegar la servilleta.

Al inspeccionar los manteles de mi señor Ludovico, luego que los comensales han abandonado la sala de banquetes, hállome contemplando una escena de tan completo desorden y depravación, más parecida a los despojos de un campo de batalla que a ninguna otra cosa, que ahora considero prioritario, antes de pintar cualquier caballo o retablo, la de dar con una alternativa.
Ya he dado con una. He ideado que a cada comensal se le dé su propio paño que, después de ensuciado por sus manos y su cuchillo, podrá plegar para de esta manera no profanar la apariencia de la mesa con su suciedad. ¿Pero cómo habré de llamar a estos paños? ¿Y cómo habré de presentarlos?
Leonardo no volvió a mencionar su propuesta de una servilleta, fue Pietro Alemanni, el embajador florentino en Milán, quien se vuelve a referir a ella en uno de sus informes, con fecha de julio de 1491, a la Signoria de Florencia:
“Como Sus Señorías me han solicitado que les ofrezca más detalles de la carrera del maestro Leonardo en la corte del señor Ludovico, así lo hago.
Últimamente ha descuidado sus esculturas y geometría y se ha dedicado a los problemas del mantel del señor Ludovico, cuya suciedad -según me ha confiado- le aflige grandemente. Y en la víspera de hoy presentó en la mesa su solución a ello, que consistía en un paño individual dispuesto sobre la mesa frente a cada invitado destinado a ser manchado, en sustitución del mantel. Pero con gran inquietud del maestro Leonardo, nadie sabía cómo utilizarlo o qué hacer con él. Algunos se dispusieron a sentarse sobre él. Otros se sirvieron de él para sonarse las narices. Otros se lo arrojaban como por juego. Otros, aún envolvían en él las viandas que ocultaban en sus bolsillos y faltriqueras. Y cuando hubo acabado la comida, y el mantel principal quedó ensuciado como en ocasiones anteriores, el maestro Leonardo me confió su desesperanza de que su invención lograra establecerse.
Y además, en esta misma semana, el maestro Leonardo ha sufrido otro contratiempo en la mesa. Había ideado para un banquete un plato de ensalada, con la intención de que el gran cuenco fuera pasado de una persona a otra, y que cada uno tomara una pequeña cantidad de éste. En el centro había huevos de codorniz con huevas de esturión y cebolletas de Mantua, cuyo conjunto estaba dispuesto sobre hojas de lechuga de aspecto suculento provenientes de Bolonia y también rodeado por ellas.
Pero cuando el sirviente lo presentó ante el invitado de honor del señor Ludovico, el cardenal Albufiero de Ferrara, éste agarró todo el centro con los dedos de ambas manos y con la mayor diligencia se comió todos los huevos, todas las huevas, todas las cebolletas; luego tomó las hojas de lechuga para enjugar su cara de salpicadura, y volviólas a colocar, así deslustradas, en el cuenco; el cual, al no ocurrírsele otra cosa al sirviente, se ofreció luego a mi señora d’Este. El maestro Leonardo permanecía junto a él grandemente agitado por lo ocurrido y se me ocurre que su cuenco de ensalada no se presentará en la mesa en muchas más ocasiones”.
El debate se centra en la siguiente cuestión ¿realmente existe este Códice? en caso de existir ¿fue Leonardo Da Vinci el autor?
Todas estas anécdotas las podemos encontrar en un libro que vio la luz hace unos años, que incluye un montón de temas curiosos.


Realmente curioso, ¿no?

martes, 28 de mayo de 2013

El lenguaje no verbal



Aquí os dejo un vídeo de Elsa Punset sobre el lenguaje no verbal. Me ha parecido bastante interesante.




¿Qué os ha parecido?

¿Cuándo abandonar una reunión?

Lo mismo que cuando se mantiene una conversación hay que saber hablar de forma moderada, y saber callar para escuchar a los demás, cuando se acude a una fiesta, a un banquete o cualquier otro tipo de evento o reunión, hay que saber cuándo puede o debe marcharse.
Es muy poco elegante, amén de maleducado, esperar a que le "inviten" a irse, bien de forma directa o bien de forma indirecta o por medio de indirectas. Saber retirarse a tiempo es una virtud, que suele acompañar a las personas prudentes.
¿Cuál es el mayor inconveniente? Conocer a los anfitriones-organizadores del evento o bien conocer el evento en el que ha participado con anterioridad. Cuando una persona tiene este conocimiento previo, suele saber cuándo debe dar por finalizada su participación. Puede saber que los anfitriones son dados a largas conversaciones de sobremesa, o a participar en juegos de mesa, etc. No disguste a los anfitriones retirándose demasiado pronto, si sabe que a ellos les gusta trasnochar. En otros casos, cuando no conoce mucho o nada a los anfitriones, puede observar a los demás invitados, y ver cuando empiezan a irse. No sea el primero ni el último en irse, salvo por razones extraordinarias.
¿Cuál es el momento adecuado? Cuando se han ido los primeros invitados, y salvo que esté participando en una estupenda conversación o tenga algún compromiso pendiente (como un baile que le han pedido, por ejemplo), puede ser buen momento para pensar en retirarse. Siempre es bueno dar una pequeña excusa o disculpa: tengo que madrugar (si es una cena), voy a acompañar a......, me están esperando, etc. Siempre algo sencillo y creíble, nada de buscar excusas de película o inverosímiles. Hay otros momentos, en los que, aunque no tenga pensado marcharse, puede interpretar que los anfitriones desean terminar: miradas insistentes al reloj, retirada de comida y/o bebida, gesto de cansancio en los anfitriones, etc.
Por nada del mundo se le ocurra realizar gestos de cansancio o aburrimiento (bostezar, dar cabezadas, mirar el reloj con insistencia, etc.) para "provocar" a los anfitriones que le inviten a abandonar la reunión si está cansado. Es una falta de educación y una grosería tener este comportamiento. Tampoco es correcto abandonar la reunión justo después del postre o del café y los licores (salvo por razones extraordinarias). Hay que esperar al menos treinta minutos, para poder irse. Es una descortesía hacerlo antes.

"20 Errores a no cometer en la comunicación interna de la empresa"





sábado, 25 de mayo de 2013

La sonrisa

Hemos hablado mucho en clase sobre la comunicación no verbal y lo hemos tenido presente para el último examen. Así que no me extenderé mucho en el tema…


La comunicación no verbal es el proceso de comunicación mediante el envío y recepción de mensajes sin palabras, es decir, se da mediante indicios, signos, gestos y expresiones. Carecen de sintaxis.
Estos mensajes pueden ser comunicados a través de gestos, lenguaje corporal o postura, expresión facial y el contacto visual, la comunicación de objetos tales como ropa, peinados o incluso la arquitectura, o símbolos y la infografía, así como a través de un agregado de lo anterior, tales como la comunicación de la conducta. La comunicación no verbal juega un papel clave en el día a día de toda persona.
En este nuevo post os voy a hablar de:
La sonrisa
¿Has probado alguna vez los efectos de una sonrisa? 
¿Alguna vez has tenido que pedir algo en un mostrador de Hacienda, en el aeropuerto, en un ambulatorio, a un policía? ¿Cómo crees que te harán más caso, si te pones exigente aunque tengas toda la razón o si luces una sonrisa amable y sincera?
¿Qué crees que pasa si sonríes a un desconocido? según mi experiencia cualquier persona ante una sonrisa, automáticamente te sonríe también. Cuidado donde y con quien lo pruebas, si estás en un bar de copas probablemente se te acercará alguien a preguntar si estudias o trabajas.
Una sonrisa franca desmonta defensas.
Si alguna vez estás enfadado/a o triste prueba a sonreír, verás como tu estado de ánimo cambia automáticamente.
La sonrisa es un idioma universal, todo el mundo la entiende. Una sonrisa no cuesta nada pero vale mucho.

 
“Ríe y el mundo reirá contigo; llora y llorarás sólo”. Eli Wilcox.
“Aprende a sonreír a la vida y ella te sonreirá a ti”. Autor desconocido.
“No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió”. Autor desconocido.

                                            

viernes, 24 de mayo de 2013

¿Por qué se llama tarjeta de visita a una tarjeta con nuestros datos personales?

Según una práctica social de la época, en décadas anteriores a la actual, la visita era una costumbre o rito social. Cuando se hacía una visita y no estaban los dueños de la casa, se dejaba una tarjeta, con los datos del visitante, para dejar constancia de su paso por la casa. De ahí que se comenzase a llamar “tarjeta de visita”.

A la hora de utilizar y confeccionar tarjetas de visita, deberemos analizar el uso de las mismas: personal o profesional. El formato más utilizado para ambos casos es la tarjeta de 9,5 de ancho por 5,5 de alto (centímetros). El color recomendado, blanco o marfil, para tarjetas personales, y para uso profesional/empresarial, se pueden admitir diseños y colores mucho más atrevidos.

                                                       

En las tarjetas de visita personales figura el nombre de la persona con sus dos apellidos, y debajo si lo desea el nombre de su pareja/cónyuge. En la parte inferior (centrado o parte inferior derecha) la dirección y si lo desea al teléfono. En estas tarjetas no se debería poner cargos de empresa ni departamentos. Sólo se admiten los títulos nobiliarios.


Las tarjetas de visita profesionales pueden contener los datos de cualquier tarjeta de visita de uso personal, más el logo de la empresa, el cargo o departamento ocupado (justo debajo del nombre), y la dirección de la empresa. En determinadas tarjetas figura en la parte  inferior izquierda la dirección de trabajo y en la parte inferior derecha la dirección particular del titular de la misma.
   

Hoy en día existen una gran variedad de diseños y formatos para realizar las tarjetas de visita.

                                               

viernes, 17 de mayo de 2013

Errores de protocolo

Los grandes "tierra trágame" de la política internacional son los errores de protocolo.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo pudo comprobar en primera persona en la cumbre Río+20, cuando el encargado de anunciar a los conferenciantes le presenta como "Primer Ministro de las Islas Salomón".


No es el primero ni será el último que implica a las instituciones españolas. Despistes ha habido muchos y de todos los colores. Desde errores de líderes extranjeros hasta de los políticos españoles; desde salidas de tono hasta simples confusiones.
BUSH Y "LA REPÚBLICA ESPAÑOLA"
En febrero de 2003, el entonces gobernador de Florida, Jeb Bush, agradeció a Aznar su "amistad" a Estados Unidos como "presidente de la República española". El hermano del ex presidente de EEUU había conocido al rey Juan Carlos dos años antes en Miami, pero pareció no recordarlo entonces.

"EL CANCILLER DE LA REPÚBLICA..."
Evo Morales, presidente de Bolivia, también se refirió a España como una República. Lo hizo al hablar del rey Juan Carlos, a quien definió como "el Canciller de la república de España".



EL HIMNO DE RIEGO, EN LA DAVIS
Ocurrió en Australia, durante la interpretación de los himnos antes del España-Australia de la Copa Davis de tenis. Ferrero, Corretja, Feliciano y compañía no daban crédito cuando, a la hora de sonar el himno español, sonó el de la II República. No es el único deportista que ha sufrido un error en el himno. Alberto Contador, en el podio del Tour de Francia, escuchó el himno de Dinamarca en lugar del español. El ciclista no dejó de sonreír pese al fallo.



¿VIVA HONDURAS?
No sólo los líderes extranjeros cometen errores. También lo hizo Federico Trillo cuando era ministro de Defensa. En El Salvador, donde acudió a visitar a las tropas españolas destinadas allí, pidió a los militares que repitieran con él "¡Viva Honduras!" ante el pasmo de los presentes.




Si algo tiene la actividad monárquica es que se expone a errores de protocolo por la cantidad de actos institucionales que debe atender. El rey ha protagonizado varios de ellos:
LEVANTEMOS LAS COPAS...

"SE VE QUE YA..."
El rey Juan Carlos también habló más de la cuenta durante la entrega del Premio Cervantes a Juan Marsé en 2008. El monarca inició su discurso cuando debía de dar paso a la entonces ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. Lo solucionó con un ya conocido "se ve que ya...", mientras se señalaba la cabeza.

EL POLITONO
Quien tiene boca, se equivoca. Lapsus y salidas de tono son poco habituales entre los políticos pero ocurren. Zapatero, Rajoy y el propio rey han protagonizado algunos.

"ETA ES UNA GRAN NACIÓN"
El actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se refirió a ETA como "una gran nación" ante la sorpresa de los periodistas que le escuchaban en la sede del PP en Génova. "España, perdón, es una gran nación", rectificó.

ESTIMULAR, FAVORECER, F...
Zapatero comparecía en Moncloa junto al presidente ruso, Dimitri Medvedev. Hablando del turismo, tuvo este lapsus: "Hemos hecho un acuerdo para estimular, para favorecer, para follar... para apoyar".

¿POR QUÉ NO TE CALLAS?
La más famosa salida de tono del rey, que pidió silencio al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, durante la Cumbre Iberoamericana que se celebró en Chile 2007.


miércoles, 1 de mayo de 2013

¿Existe un protocolo de las flores?

Hoy comenzamos el mes de mayo… Aún con los últimos coletazos de un invierno que se resiste a marchar… Por eso en este nuevo post hablaremos de las flores y de ciertos consejos que debemos tener en cuenta como profesionales del protocolo.

Las flores nos hablan, nos cuentan una historia. Unas veces nos hablarán de la amistad y el amor; y otras de la muerte. Las flores simbolizan la expresión anímica de la naturaleza humana. Regalar flores es mostrar sentimientos, unas veces positivos y otros negativos. Las flores son siempre el regalo perfecto.






La tradición de regalar flores

       Existen diferentes teorías sobre el nacimiento de esta costumbre. La más antigua nace en Oriente, donde surgieron las claves ocultas del lenguaje de las flores.

A este respecto, el islamismo cuenta una vieja leyenda: Un ángel fue expulsado del Paraíso por Alá por haberse enamorado de una mujer mortal. El ángel sólo sería perdonado si plantaba la flor Nomeolvides por todo el mundo. Cuando se lo contó a su enamorada, a pesar de la dificultad, ella prometió ayudarle en su tarea. Tanto amor y sacrificio conmovieron a Alá, que otorgó la inmortalidad a la mujer y abrió las puertas del Paraíso a los amantes.

        Sea cual sea su origen, lo cierto es que, a través de los siglos, se ha mantenido presente en distintas culturas y épocas.

Los romanos celebraban alrededor del mes de mayo una fiesta floral dedicada a la diosa Flora.

La caballería adoptó este idioma. Una corona de blancas margaritas significó será eterno mi recuerdo; una corona de rosas, no digo que no. Una rosa marchita fue emblema de desgracia. La caléndula significó penas, pesares; reunida con otras flores, representó la cadena de la vida cuyos eslabones están formados de bienes y de males. Con una rosa indicó una pena pasajera; con una margarita, mi recuerdo está en ti etc. Una flor en la mano con su cáliz hacía arriba conserva su significación propia, vuelta hacia abajo tiene una significación contraria. El mirto quiere decir os amo; mirando al suelo dirá os aborrezco.

¿Es cierto que las flores tienen su propio lenguaje dependiendo de su color y de su tipo?

Sí, es un lenguaje sutil en el que sobran las palabras. El lenguaje de las flores se atribuye a los griegos, otros autores hacen referencia a los harenes turcos.

Su lenguaje se basa en el color de las flores y en su diferentes tipos:

1. El color blanco simboliza la pureza, inocencia e ingenuidad. Es el color ideal para las flores de las bodas. De hecho, la rosa blanca y el azahar son las flores clásicas de las novias. También el jazmín de flor blanca significa amabilidad.

2. El color rojo simboliza la pasión, el amor y también la ambición. Regalar rosas rojas o claveles rojos simbolizan pasión y amor.
Un ramo que mezcle rosas blancas y rojas significa mezcla de sentimientos hacia la persona que las recibe.

3. El color rosa es la candidez y la dulzura. Se suelen regalar flores rosas para simbolizar agradecimiento y aprecio.

4. El color amarillo tiene su cara y su cruz. Por un lado, significa sabiduría y amor platónico y casto y también riqueza y triunfo. No obstante, cuidado si le regala rosas amarillas tú pareja. Porque significa infidelidad.

La orquídea en todas sus variedades significa belleza y adoración.

La gardenia, felicidad, que no amor, como dice la canción.

Las margaritas, son utilizadas frecuentemente para demostrar sentimientos de afecto puro y desinteresado.

El crisantemo, es una flor dedicada al difunto.

La camelia, es la rosa sin espinas y significa amor a distancia, platónico o imposible.
                                                                                                        


 
¿Cuál es la manera adecuada de regalar flores a un hombre y a una mujer?

A ella se le regalará un ramo de flores y al él una flor.


¿Cuándo debemos regalar flores?

        Siempre que queramos agradecer algo y siempre que nos apetezca, sin más. Es cierto que hay ocasiones imprescindibles: el día de la madre, el 14 de Febrero, día de los enamorados, etc... También cuando nos invitan a casa de alguien y queremos agradecerle la invitación. En este caso, lo idóneo es nunca llevarlas en mano el mismo día. Es preferible antes o después. Con anterioridad al encuentro, y acompañadas por una tarjeta personal manuscrita, el envío debe llegar, al menos, con dos horas de anticipación. Si es después de la invitación, procure que sea el día inmediatamente posterior y se enviará con una tarjeta manuscrita que exprese su agradecimiento.




¿Cada nacionalidad tiene una peculiaridad en referencia a las flores?

        El lenguaje de las flores es casi universal, no obstante, jamás habría que regalarle a un japonés un ramo de cuatro flores, porque es el número maldito en ese país. Y mejor ni pensar en flores blancas y amarillas: entre los orientales no están bien vistas. Un ramo debería siempre contar al menos con una docena de flores y, en todo caso, hay que evitar el número 13. En Rusia nunca se regalan flores en número par, siempre impar. El clavel en China, es símbolo de petición de matrimonio.

        Para no cometer errores, siempre preguntar al encargado del protocolo del otro país cuál es el gusto del visitante en esta materia.


¿Se regalan flores a un ecologista?

No, mejor una planta.      
 
 
 ¿Por qué se regalan flores a los difuntos?

Regalar flores conlleva un homenaje. Las flores representan esa esperanza de resurrección.